PRESAGIO-
Se llegaron tus manos... como el agua bendita
a compartir mi miedo, cual hondo desafío,
sin darse cuenta acaso tu corazón y el mio
de los renunciamientos que el alma necesita.
***
Pero siguen latiendo tus besos en mi boca
de noche, en una onda de cósmica llegada,
y en la oquedad del fresco sendero de la almohada
se anudan los ensueños que la pasión evoca.
Y yazco como un trozo de leño...,derrumbada
sufrida, rota, ausente, perdida y despojada
en la huella sedienta que sigo irresoluta...,
***
Me hiere la nostalgia, ardiente llamarada
que deshoja la ausencia y soy en la alborada
¡Solo una almendra amarga, candente y diminuta!
Norma Estuard
(derechos reservados)
9/3/15
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